Estaba Jesús enseñando a sus discípulos cuando un cristiano interrumpió. Entonces Jesús le dijo:
- ¿qué tienes?
Y el cristiano le contestó:
- ¿qué tienes?
Y el cristiano le contestó:
- tengo ira, tú dices ser el hijo de dios, pero andas por ahí comiendo con borrachos, con homosexuales y prostitutas. Bendices a los que maldicen, y perdonas sus pecados. Tengo rabia, porque no los juzgas, no les pides que abandonen sus vidas para seguirte, ¡seguro eres un asqueroso liberal!
Jesús, consternado, le respondió:
- el Reino de los cielos es semejante a un padre que tiene dos hijos, uno de ellos le dice que quiere su parte de la herencia, y se la va a gastar por el mundo. El otro se queda trabajando con él. El primer hijo vuelve después de haber dilapidado su dinero, y el Padre lo recibe con los brazos abiertos. Pero el hijo que se quedó, se enojó y rechazó a su hermano.
El cristiano le dijo:
- es justo, el hijo que gasto su herencia fue un mal hijo, en cambio el otro fue fiel para con su padre.
Y Jesús airado, le explicó a sus discípulos:
- ¿Acaso no entienden?, no se trata de ser bueno o de ser malo, ¡se trata del amor del Padre!
Y el cristiano se retiró avergonzado.
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